¿Piensas en que tienes que ir a pedir algo al banco y lo dejas para mañana? en general, a las personas les cuesta bastante la relación con las entidades financieras.
A algunas es posible que les abrume, a otras les da miedo, y a otras incluso les enfada.
“Estos” de los bancos, que no hacen más que cobrar comisiones… desde luego… ¿qué les parecería a ellos que les cobraran por todo?
Seguro que en algún momento te has encontrado con expresiones de indignación referidas a experiencias en entidades bancarias. Cada persona en un mundo, pero realmente conocemos a pocas que vayan al banco con ilusión, alegres y felices.
¿Por qué nos pasa esto? Realmente el banco es un proveedor financiero, y las personas que trabajan allí, quieren hacer su trabajo.
Si te has propuesto dejar los asuntos del banco arreglados y mejorar tu gestión bancaria, esperemos que este artículo te ayude.
Hemos pedido consejo a Cynthia Nale, emprendedora y trabajadora de banca durante más de 15 años. Ella ha visto la banca desde ambos lados de la mesa, y ha sido testigo de cómo las cosas han cambiado y evolucionado a lo largo del tiempo. Nos ha dado algunos tips que compartimos en este artículo.
La negociación bancaria es como un tablero de juego, y hay que saber mover las fichas adecuadas y en el momento preciso para que la partida sea beneficiosa para ambas partes.
La realidad es que la clientela necesita al banco, y el banco necesita a la clientela.Veamos cómo podemos hacer que esa relación sea lo más ventajosa posible, para tí que te toca sentarte en la mesa y negociar.
Índice
8 Consejos para negociar con tu banco
Aquí van algunas recomendaciones para “bajar al banco” y no morir en el intento.
- Ten actitud negociadora, tanto si vas a pedir un préstamo, como si quieres solicitar una devolución de una comisión. El banco es como cualquier empresa, va a venderte un producto o servicio, que luego tú decides si lo compras o no.
- Asume que te van a “pedir” si tu “pides”. Si vas a pedir un préstamo, te van a solicitar cosas a cambio. Nos referimos a que tengas contratado un seguro, un fondo…. Productos o servicios que aseguren que la operación es rentable para la entidad.
- Los bancos no quieren dinero, sino clientela vinculada. Esto quiere decir que para la entidad financiera es mejor tener en su cartera a una persona con 1.000 euros en la cuenta y cinco seguros que una persona con 30.000 euros en la cuenta sin ninguna otra vinculación.
- Ve con las ideas claras de lo que quieres pedir. Cuánto, cómo y para qué. Una planificación financiera adecuada te ayudará mucho en tu negocio y en tu vida. Si vas a solicitar un préstamo, tienes que saber que lo normal es que te pida bastante documentación. El banco tiene que saber a quién le va a dar el dinero y con qué finalidad. Piensa que una persona te pide dinero, aunque fuera amiga le preguntarías para qué lo quiere ¿verdad?
- Si tienes un plan de viabilidad, presupuestos etc no sólo justificando el dinero que pides y la finalidad sino cómo lo vas a devolver desde el banco te mirarán con buenos ojos.
- Si no sabes que producto te puede ir mejor, lo mejor es que le expliques muy bien al personal del banco para que necesitas el dinero y el uso real, con el fin de que pueda orientarte. Cuanta más claridad y transparencia mejor. Puede ser que te hayan dicho unos amigos que tienen una startup que lo mejor es una cuenta de crédito, pero por ejemplo si quieres financiar inversiones, ese no es el producto más adecuado.
- ¡Revisa! Hoy en día hay opiniones de todos los productos, de todos los servicios. Una vez que salgas del banco, busca información acerca de lo que te han ofrecido, pregunta las dudas, compara. Piensa que una vez firmado ante el notario, poco se puede hacer.
- Apuesta por tu proyecto. Si vas a pedir un préstamo, para la entidad es positivo que pongas garantías personales, además de que hayas aportado capital propio en la operación.
¿Cuáles son los productos que más te pueden encajar?
Existen diversidad de productos financieros tradicionales o que suponen una alternativa a la financiación bancaria (crowdfunding, crowdlending, NFT…) y siempre puedes financiar tu empresa con tus aportaciones o las de tus amigos y familiares.
Aquí tienes algunos de los «productos estrella» de la financiación bancaria.
PRÉSTAMO PERSONAL
Producto financiero adecuado para cuando comienzas un proyecto o necesitas hacer una reforma o una ampliación o nueva adquisición. Está pensado para financiar hasta un máximo de 20 o 30 mil euros y siempre con un destino concreto.
Si vas a pedir un préstamo, es fundamental que conozcas qué es la capacidad de endeudamiento.
La capacidad de endeudamiento
¿No tienes claro cuánto es lo máximo que podrías pagar para afrontar el pago de la cuota sin problema?
Es importante conocer tu capacidad de endeudamiento, que no debe de pasar del 35% .
La cuenta es muy sencilla.
Imagina que eres una persona soltera, con unos ingresos de 1.000 euros al mes. El 35% son 350 euros, esta es la cantidad “máxima” que deberías de pagar de todos tus préstamos.
Si formas parte de una familia de dos en la que los ingresos familiares son de 1.500 euros por persona, el total de ingreso de la unidad familiar es de 3.000 y las cuotas de préstamos no deberían superar los 1.050 euros mensuales.
CUENTA DE CRÉDITO
Es un producto de funcionamiento sencillo, pero es importante asegurarse de que se adecúa a las necesidades de la empresa.
A diferencia del préstamo, la cuenta de crédito te permite usar una cantidad de dinero concreta según la vayas necesitando, fijando un límite.
Por ejemplo con una cuenta de crédito de 10.000 euros (este sería el límite), ese importe lo podrás ir usando según las necesidades que tenga tu negocio.
Imagina una tienda que vende productos textiles personalizados. Necesita comprar telas antes de una campaña de Navidad para realizar la producción.
Puede usar dinero de la cuenta de crédito para comprar las telas, y una vez que vende los productos, ingresa el dinero de las ventas en la cuenta de crédito.
La idea que hay que tener clara es la de “reponer”: Uso el dinero cuando lo necesito y luego lo devuelvo.
Si por ejemplo esta misma empresa está teniendo éxito en sus ventas y se plantea invertir en alquilar una nave y comprar maquinaria para aumentar su capacidad de producción, una cuenta de crédito no va a ser el producto adecuado.
Se renueva cada año y en este caso no estamos hablando de un dinero que se necesita a corto plazo y que se va a reponer, sino que debe financiar una inversión que se recupera en varios años. Por tanto, y siempre analizando cada caso que este es un ejemplo básico, un préstamo sería una fórmula de financiación más adecuada.
ANTICIPO DE FACTURAS
Este es un producto que te facilita cobrar antes las facturas que tus clientes te van a pagar a un plazo más largo, por ejemplo 90 días.
Eso sí, en el momento de vencimiento debes tener esa cantidad para que el banco la cobre, es decir que recupere el dinero que previamente ha anticipado.
El coste financiero es un porcentaje de las cantidades anticipadas.
LÍNEA MULTIPRODUCTO
Esta fórmula facilita tener un producto del que poder disponer según las necesidades puntuales de financiación, unifica bajo un único contrato la financiación del circulante de la empresa.
Es decir, el banco te concede una cantidad concreta. Si necesitas anticipar una factura, si necesitas girar unos recibos, si necesitas un aval… puedes hacerlo siempre que no superes la cantidad concedida.
Es una fórmula sencilla y supone mucho menos papeleo.
PRÉSTAMO PARA IMPUESTOS
Si no tienes liquidez para pagar los impuestos, además de las opciones que te da la Agencia Tributaria, puedes optar por este producto de financiación para que sea el banco quien abone el IVA o impuesto correspondiente, y tú se lo devuelvas en pequeñas cuotas.
¿Qué documentación te van a pedir?
Si has pedido la financiación con una finalidad determinada, necesitarás el presupuesto o justificantes que lo acrediten.
Imagina que vas a realizar una reforma en tu oficina. Como el banco precisa que el destino de la financiación esté justificado, necesitarás el presupuesto de la reforma.
El banco puede decidir si ese pago a la empresa de reformas lo puede realizar el cliente o lo realiza directamente la entidad, que es la forma de asegurarse que el dinero se destina exclusivamente a ese pago.
Además, te solicitarán documentación personal.
Nóminas, contrato de trabajo, vida laboral, declaración de la renta, justificantes de otros préstamos que puedas estar pagando… y si cotizas en autónomos, recibo del pago de autónomos y declaraciones de impuestos. También pueden pedirte extracto de tus cuentas bancarias para comprobar los movimientos.
En el caso de pedir la financiación con tu empresa, también te pedirán la contabilidad para revisar los números. Cuentas anuales presentadas, balance, cuenta de pérdidas y ganancias, modelos de IVA, declaraciones tributarias, certificados de estar al corriente de pagos con Hacienda y la Seguridad Social…
En caso de contar con avalistas, se les pide la misma documentación y datos.
Cuando te pregunten por tus financiaciones o préstamos en otras entidades, es conveniente decir realmente lo que tienes, dado que van a poder comprobar esa información mediante la CIRBE.
Puede ser que pienses que el banco te pide mucha información y mucha documentación. Hay que entender que la entidad debe valorar los riesgos y comprobar que puedes devolver el dinero. Y que si algo falla y no lo devuelves, de alguna forma pueda cobrarlo.
Vamos con un par de conceptos que te resultará útil conocer.
Qué es el pool bancario
El pool bancario es un informe detallado de los riesgos por operaciones bancarias (préstamos, créditos, operaciones de financiación, avales, etc.) que mantiene una empresa en un momento determinado con los bancos con los que trabaja.
Qué es la CIRBE
La Central de Información de Riesgos del Banco de España es una base de datos que incluye los detalles sobre los préstamos, créditos, avales y garantías que las entidades financieras mantienen con sus clientes. No es una lista de morosos.
Si tienes curiosidad, puedes obtener tu informe de riesgos aquí con tu certificado digital. Con la tramitación presencial tarda más, unos 10 días.
Cómo cobrar de tus clientes
Cuanto antes mejor, pero nos referimos a las formas de cobro disponibles.
Puede ser que en ocasiones hayas oído hablar de la Norma 19, adeudos SEPA…y esos términos a veces no son fáciles de entender y recordar.
Antiguamente hablábamos de Norma 19, que consiste en girar recibos a tus clientes, es decir enviarles un recibo domiciliado a su banco para cobrar tus facturas.
Tras la adecuación a las normativas europeas hablamos de adeudos SEPA.
Estudia la alternativa de girar recibos ya que es sencillo, puedes hacerlo a través de la banca online y aunque pueda tener un coste por recibo, es una forma de asegurar el día de cobro.
El mayor inconveniente es que los recibos podrían venir devueltos, ya que el cliente tiene 58 días para devolverlo.
Si esto ocurre, el importe del recibo previamente abonado en tu cuenta desaparece, y además el banco cobra una comisión de devolución que suele ser elevada.
Con las transferencias esto no ocurre pero si los cobros que vas a realizar son numerosos y recurrentes, el giro de recibos es una opción cómoda para ti y para tu clientela. Por ejemplo, una academia de idiomas.
También puedes instaurar un sistema de cobro por tarjeta. Ahora existen múltiples opciones, aparte del datáfono tradicional. Puedes incluirlo en tu página web para que las personas realicen los pagos desde allí, y el sistema es el mismo que cuando se cobra en tu establecimiento, pero de forma online.
Porqué me cobran comisiones por todo
Antes los bancos tenían un amplio margen de beneficio que les permitía poder devolver las comisiones a los clientes cuando lo consideraban oportuno
De un tiempo a esta parte, ese margen se ha visto tan reducido, que una de las principales maneras de generar ingresos, es a base de las comisiones. Por tanto, ahora es más complicado que te las devuelvan.
Cuando abres una cuenta estándar, en el momento de firmar la cuenta bancaria el banco te tiene que especificar todas las comisiones que te va a cobrar a lo largo del año, como marca la normativa europea.
Las comisiones más habituales son las de mantenimiento, las de administración, emisión y renovación de tarjeta de crédito y las de transferencia (estas últimas suelen ser a coste cero en caso de que las operaciones se realicen a través la banca a distancia).
En cuanto a las financiaciones, tenemos la comisión de apertura (que se cobra en un solo importe por conceder la financiación), y la comisión de cancelación total o anticipada. Esta comisión es importante a tener en cuenta porque si te han concedido un préstamo y quieres amortizarlo antes del vencimiento, debes de tener la información de lo lo te va a costar.
Las cuentas de crédito y las líneas de anticipos tienen sus propias comisiones.
Que no te queden dudas
Siempre que vayas al banco, pide que te especifiquen todo y pregunta todas las dudas, sin miedo y por escrito para facilitar su análisis. Por ejemplo en el caso de un préstamo, puedes solicitar el cuadro de amortización para tener claros los plazos, cuotas e intereses que te supone la operación.
Una vez firmada la documentación ya no hay opción de vuelta atrás.
Esperamos que te haya servido esta información y que puedas ir al banco con un mayor conocimiento y seguridad.
Si sigues teniendo alguna duda, ponte en contacto con nosotros. En Afiris, asesoria laboral en Zaragoza somos expertos en materia fiscal, contable y financiera, tanto para particulares, pymes y todo tipo de empresas. Si quieres, podemos ayudarte.
¡A por todas!
Un comentario
Excelente información, ya todo me quedó más claro. Saludos 🙋♂️ 🤠